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miércoles, 25 de febrero de 2015

LOS CUADERNOS DE DARWIN, UN COMIC DE SYLVAIN RUNBERG Y EDUARDO OCAÑA PUBLICADO POR YERMO EDICIONES

En 1859, El origen de las especies de Charles Darwin sacudió los cimientos de la moral de la sociedad victoriana. Pero cuando una terrible oleada de crímenes salvajes asola la campiña inglesa, Darwin deberá enfrentarse a un misterio cuya resolución no se encuentra en ninguno de sus cuadernos de viaje, pues en este caso ser el más fuerte no le asegura la supervivencia.



De un tiempo a esta parte vengo observando que la mayor pega que los aficionados al género le ponen a los títulos de Yermo Ediciones es el precio. No había que ser ningún fiera para llegar a esta conclusión, pero el cómic que reseño hoy me va a servir, una vez más, para romper una lanza en favor de esta editorial y de su valentía al traernos, en formato integral, muchas historias que por hache o por be ningún otro había traído hasta la fecha.


Mucho se ha hablado de este tema y los pros y contras ya se conocen ampliamente: gemidos que provienen de nuestras carteras, historias de las que no tenemos que esperar su continuación ni rezar por ella, los manidos "Por esto no hubiese pagado yo 30 pavos", etc, etc, etc... Ya sabéis que soy un gran aficionado del cómic europeo y no exagero si os digo que en mi estantería hay más de la mitad del catálogo de la editorial (el bolsillo no me permite más). Con unos he acertado más que con otros, evidentemente, pero solo hubo uno que me arrepentí de comprar, y no porque fuera malo, sino porque para nada fue lo esperado: El Canto de los Sables. Dicho esto, el resto de tebeos han copado mis expectativas y muchos de ellos las han superado. Me refiero a sagas con la de Elric (reseñas del Primero y Segundo), Whaligoe, Los Caminos del Señor, El Astrolabio de Hielo, La Sombra Blanca o, por qué no, Los Cuadernos de Darwin.


Este cómic recopila los tres álbumes de los que se compuso la saga y la edición de Yermo es, como de costumbre, brillante. El guionista, Sylvain Runberg, es conocido en nuestro país por títulos como Millenium, Orbital o Warship Jolly Roger (reseñado AQUÍ y del cual se espera el segundo para este primer semestre) y si algo hay que reconocerle a este belga es el hecho de saber cómo darle profundidad y tensión a una historia. Lo hace con la trilogía de Los Hombres que no amaban a la mujeres junto a Man, lo hace con la patrulla de "fugitivos espaciales" que está desarrollando con Miki Montlló y, por supuesto, lo hace en el tebeo que hoy nos ocupa junto al madrileño Eduardo Ocaña.

Todo el mundo conoce a Darwin y a su Origen de las especies, pero Runberg se las arregla en esta historia para darle un vuelco al personaje e inmiscuirlo en una trama de investigación sobrenatural donde pocas cosas son lo que parecen. El biólogo más famoso del mundo tendrá que vérselas y deseárselas para luchar consigo mismo y contra esta amenaza que pone en tela de juicio el primer puesto en la cadena alimenticia. Por su parte, el dibujo de Ocaña, hiperrealista y parecido en estilo al del italiano Antonio Palma, es sencillamente espectacular. Las escenas de acción son casi cinematográficas y la violencia que se descarga en las páginas casi nos salpica la sangre de sus víctimas, cuyas expresiones faciales entran en un juego de luces y sombras en el que el color es un arma muy potente cuando de transmitir el miedo en los ojos se trata.


Otro de los puntos a favor de este cómic es la suma cautela e intriga con la que se lleva el verdadero epicentro de la trama. Nuestros misteriosos asesinos no se dejan ver fácilmente y venden muy cara una buena fotografía de su anatomía hasta ya bien entrado el segundo capítulo. La expectación, por ende, no deja de crecer, aunque sí se le puede achacar un excesivo recelo a mostrar a tales personajes (creo que el punto más equilibrado sería ni calvo como en Luna de plata sobre Providence ((reseñado AQUÍ)) ni con tres pelucas como en estos Cuadernos de Darwin). Volvemos a lo que ya hablábamos en el tebeo de Eric Hérengel: El abuso de una "cámara" ultra rápida que solo te deja ver una estela de la criatura en cuestión, pasa de transmitir la velocidad de la escena a ocultar la identidad del monstruo más allá de lo deseado.


Dicho todo esto, solo me queda rogaros encarecidamente su lectura. Este cómic vale todos y cada uno de los euros que vale, que dicho sea de paso, no son pocos (35). Os promete tensión, violencia, expectación, investigación, intriga, mucha sangre, realismo, un guión del que saldría un peliculón y un dibujo digno de enmarcar en tu biblioteca (y en la de cualquiera). Bravo no...¡Bravísimo!


Dani S.