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domingo, 8 de febrero de 2015

LA CAPA, UN COMIC DE JOE HILL, CIARAMELLA Y HOWARD PUBLICADO POR PLANETA

¡Hola amigos de JpM! Hoy toca hablar de un autor que me gusta bastante y por el que siento mucha simpatía: Joe Hill. Para los que no le conozcáis, hay que hacer mención a que su verdadero nombre es Joseph Hillstrom King, hijo del mismísimo Stephen King (ahí es nada), aunque no le ha hecho falta utilizar el apellido de su padre (cosa que es de admirar) para labrarse una reputación, gracias a la originalidad de sus historias y a una capacidad narrativa notable.



Eric está cansado. La rutina diaria le hastía. Está harto de su madre, a quien ha defraudado; de su casa, que considera una prisión; de su inexistente trabajo, porque no destaca en nada; de su hermano, al que odia y envidia…Eric cree que no hay salida del agujero en el que se ha metido su vida…hasta que descubre que hay algo en lo que sí es bueno: en vengarse.

Y para ello, hace uso de su capa para repartir el odio que siente hacia todos sus supuestos seres queridos, en una miríada de desastres, asesinatos, traiciones y giros de guión inesperados.

Mi primer acercamiento a Joe Hill fue a través de una novela, Cuernos, con un argumento no poco original: el protagonista, cuya novia fue asesinada un año antes, después de una noche de borrachera, despierta con resaca y unos incipientes cuernos que le crecen en la frente y que hacen que la gente le cuente sus más oscuros deseos y secretos. Así es como se entera de que todo el mundo cree que él mató a su novia.


Precisamente, La Capa está basado en un relato corto del propio Hill que se incluye en un libro recopilatorio de historias de terror, Fantasmas, que posteriormente fue adaptado al cómic y que parte de algo tan sencillo como un trozo de tela que un niño se anuda alrededor del cuello y que simboliza un deseo profundo y ancestral de convertirse en algo extraordinario y digno de admiración. Una capa tiene una carga simbólica muy importante, que va intrínsecamente ligada a otro deseo primitivo que el ser humano tuvo desde que miró al cielo: el de volar. ¿Quién no ha sentido alguna vez la tentación de usar una manta, toalla o sucedáneo en un espontáneo impulso de escenificar alguna escena épica y legendaria a nivel aficionado? (Sí, no me refiero sólo a los niños y lo sabéis).

Superman y Batman me parece que son los dos ejemplos más icónicos de los valores heroicos que supone el hecho de portar una capa. Aunque no hay que olvidar que algunos de los mejores villanos de la historia también llevan capa: a Darth Vader encomiendo mi espíritu. Está claro que la capa no hace al héroe y que cada cual tiene que formular su elección, que en el caso de nuestro protagonista es, simple y llanamente, la venganza. Una venganza fruto de una mente un tanto retorcida, he de añadir.


Se trata de una historia corta, sin grandes pretensiones, sencilla pero efectista, que no habla de superhéroes, sino que se centra en el carácter psicológico del mismo heroísmo. Ya lo dijo el tío Ben, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, pero si cualquiera de nosotros se hiciera con una capa, ¿seríamos héroes o villanos? ¿Qué ocurriría si ese gran poder recayera en una persona amargada, sin conciencia y con una clara tendencia a culpar de todos sus males a cualquiera menos a sí mismo?

Joe Hill y Jason Ciaramella hacen un buen trabajo con el guión. Nos introducen de una manera muy directa el hecho determinante de la historia y que marca la personalidad del protagonista: un Eric de ocho años de edad que, jugando a los superhéroes con su hermano, sufre un grave accidente llevando puesta la capa de la discordia. A partir de este momento, como consecuencia de las secuelas de dicho accidente y de la pérdida de la capa, se nos muestra una rápida progresión de una vida llena de frustraciones, fracasos y rencores que desembocan en un Eric adulto que súbitamente se reencuentra con un gran poder que creía perdido y que conforme avanza la historia genera en el lector una visión clara de que se masca la tragedia.


En el apartado gráfico, Zach Howard aporta el dibujo que la historia necesita, otorgando un gran dinamismo a sus viñetas, expresividad a los personajes y dando como resultado muchas escenas atractivas y visualmente poderosas.

En nuestro país, La Capa ha sido recopilada en un tomo único por Planeta Cómic, en una edición de tapa dura muy bien cuidada, que tiene como extras una introducción de José Torralba, las portadas de la colección en que se publicó originariamente y el relato original de Joe Hill.

Así que, amigos, si algún día vais por la calle, de repente una sombra os sobrevuela y os preguntáis ¿es un pájaro?, ¿es un avión?, ¿es un superhéroe en acción?, recordad lo que siempre me decía mi abuela: que no es oro todo lo que reluce, ni héroe todo lo que lleva capa.

M.


3 comentarios :

  1. El capote...
    Para que surques el cielo, como un malote.

    PD. Lo siento, no he podido resistirlo XDDDDDDDDDDD
    PPD. ¿Tu abuela te decía eso, MG? ¿Se llamaba May, por una casualidad? ¡JAJAJAJA!

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  2. ¡La Capa! Muy buen cómic, de hecho Joe Hill es un autor a tener muy en cuenta, y me encanta como en una historia tan corta, deja caer esa idea de que el poder caiga en las manos erróneas... y como también le da tiempo a profundizar un poco en la personalidad del protagonista y cómo ha llegado a ser así.

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  3. J, contestando a tu pregunta, no, mi abuela no se llamaba May. Aunque hay algo que tu no sabes y es que mi abuela era una visionaria como demuestra su expresión. Marvel y DC se habrían sentido orgullosos de haber podido tenerla entre sus filas.

    Violeta, muchas gracias por tu comentario. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que Joe Hill es una autor a tener muy en cuenta. Hace poco me hice con Lock&Key y estoy deseando poder empezarlo. ¡Un saludo!

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