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jueves, 27 de agosto de 2015

RORK. INTEGRAL UNO (DE DOS), UN COMIC DE ANDREAS PUBLICADO POR ECC

Hoy es ECC la encargada de encender la máquina del tiempo para hacernos viajar hasta 1991, fecha en la que Norma Editorial, dentro de su colección Pandora, comenzaba a publicar las aventuras del personaje más famoso del alemán Andreas Martens: Rork, un tipo de pelo largo blanco y túnica negra, curtido en los saberes ocultos y sobrenaturales y con la capacidad de viajar en el espacio-tiempo, entre otras cosas. 

Más de 20 años después, ECC recopila en un primer integral la mitad de esta saga no apta para todos los públicos...



Rork es una saga que comenzó sus andanzas en la mítica revista Tintín y, sin duda, no recomendable para cualquier lector; de hecho, es muy distinta a lo que la línea europea nos tiene acostumbrados o, al menos, tenía en aquellos años a los lectores, en los que el magazin lo poblaban títulos como Bernard Price, Thorgal, Blake y Mortimer, Alix o Corto Maltés. El estilo de Andreas guarda más relación con grandes autores americanos como Bernie Wrightson o Neal Adams, aunque a mi modo de ver también comparte ciertas semejanzas con el imaginario de Howard Phillips Lovecraft. En cualquier caso, estamos hablando de un autor de culto tal vez adelantado a su época, y es que el tono tétrico, oscuro y terrorífico que rodearon a las aventuras y a su propio personaje no fueron plato de buen gusto para los primeros editores que se interesaron por él.


Norma Editorial publicó cinco de los siete álbumes que compusieron la saga (El cementerio de catedrales, Luz de estrella, Capricornio, Descenso y Regreso) y ECC nos trae en este primer integral los cuatro primeros de la saga, que corresponden a una precuela inédita en nuestro país (Fantasmas, el octavo álbum, en blanco y negro) y a los tres primeros tomos: Fragmentos, Pasajes y El cementerio de catedrales (a color). Este último es el orden lógico de la aventura de Andreas, pero la publicación original de Norma tiene también su sentido: Fragmentos lo componen once historias cortas que sirvieron de carta de presentación de algunos de los personajes principales y del tono en general de la obra, y en Pasajes se nos cuenta el pasado conocido de Rork, recordado por él mismo, por lo que podría decirse que la "trama principal" del cómic comienza con El cementerio de catedrales y, en ese sentido, sería comprensible la decisión que en su día tomó la editorial catalana; sin embargo, en mi opinión Pasajes se hace casi imprescindible para conocer a nuestro personaje y comenzar la aventura "con conocimiento de causa".


El estilo de Andreas recuerda a algunos de los grandes escritores de terror americano como Lovecraft o Poe: casas abandonas aparentemente embrujadas, fuerzas que desafían lo imposible, personajes retorcidos y esqueléticos, criaturas venidas del fondo del mar y personajes misteriosos y confusos que parecen sacados de las más oscuras novelas de espada y brujería. Junto a esto, unos lápices en los que el abuso de la técnica del rayado como forma de sombrear y las psicodélicas composiciones de algunas páginas perfilan la marca de la casa del artista alemán, con una reconocida influencia de Bernie Wrightson; una marca definida a su vez por el detalle y realismo de sus figuras arquitectónicas y por la envergadura y profundidad de sus viñetas.

Personalmente creo que la redacción y el desarrollo de la historia pasa por un subi-baja casi continuo en lo que a "comprensión lectora" se refiere: hay momentos en los que la lectura se hace un tanto cuesta arriba cuando nos adentramos en el mundo de los sueños y en los viajes espacio-temporales y momentos en los que la tensión y esa exigencia de concentración se descarga en escenas más agradecidas. En cualquier caso, Andreas es un artista que "mira" por el lector y porque el camino que decidamos escoger a la hora de seguirlo sea el correcto, y eso se nota en las detalladas explicaciones que nos aporta a lo largo de las páginas y en una más que palpable preocupación de que las situaciones más "estrambóticas" demuestren su significado, cosa que se agradece tremendamente en contraposición con la forma de proceder de otros autores del medio como pueden ser Brandon Graham (Prophet, reseñado AQUÍ), Farel Dalrymple (Los Wrenchies, reseñado AQUÍ) o Thierry Smolderen (Recuerdos del Imperio del Átomo, reseñado  AQUÍ), por mencionar a los aquí más recientes.


No sé si por mi evidente favoritismo por el color o porque pienso que es la historia que menos aporta al cómic, pero creo que Fantasmas (precuela publicada tras el final de la saga y álbum que da comienzo a este integral) es el número más flojo de este recopilatorio, dado que tampoco guarda ningún tipo de relación (aparentemente) con la trama principal. El resto de historias y tomos sí siguen un cierto orden en la evolución de nuestro protagonista y en su búsqueda de respuestas, obteniendo estas de las aventuras que vive a lo largo de América y que lo hacen coincidir con personajes de todo tipo.

Respecto a la edición de ECC, mentar un pro y un contra: Primero siempre las buenas noticias, ¿no? Los extras que trae este tomo son una pasada, entre los que destacan los bocetos y testimonios del propio Andreas; lo malo: la reducción de tamaño de la obra hace que, pese al disfrute general, algunas composiciones de página o la tremenda splash page que el artista se marca en El cementerio de catedrales pierdan cierta potencia (porque nunca será lo mismo ver una peli en el cine que verla en casa).


En conclusión, un cómic, volviendo al principio de esta reseña, no recomendable para el perfil de lector de género europeo que disfruta de la belleza de la sencillez y "la aventura por y para la aventura", y no gusta de tramas que requieran un alto grado de reflexión y estudio. Andreas es un autor muy personal que, como decíamos antes, para bien o para mal entra dentro de la categoría de "artista de culto" o independiente y, por ende, algo más minoritario. Por el contrario, si eres de los que a veces pide a un cómic un "algo más" y disfrutas con la riqueza de las relecturas y las evocadoras contradicciones, este cómic te llevará lejos, muy lejos.

¡La lectura enriquece el alma!

Dani S.