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viernes, 20 de marzo de 2015

FURIOUS. ESTRELLA CAIDA, UN COMIC DE BRYAN J.L. GLASS Y VICTOR SANTOS PUBLICADO POR ALETA EDICIONES

¿Creamos a nuestros héroes solo para verles caer?

Esta frase no es solo el comienzo de la sinopsis del cómic que hoy nos ocupa, sino que define en buena parte una de la luchas a las que se enfrentará su protagonista, Furious (ella prefiere que la llamemos La Señal). Como ya os habréis podido imaginar con solo este par de frases, no estamos ante un cómic de superhéroes al uso (de hecho, rara vez me veréis hablar de uno).

Damas y caballeros, demos paso a esta heroína que tiene más cosas en común con Hanna Montana (Miley Cyrus) que con Wonderwoman.



Furious nace de la cabeza de Bryan J.L. Glass (Powers, Los Ratones Templarios) con la idea de presentar a una superheroína bastante más humanizada de lo que os podrían tener acostumbrados las grandes industrias americanas, aunque eso sí: el discursito de "No me veais como lo que soy, sino como un símbolo" se lo tiene más que aprendido. El guionista ganador de dos premios Harvey se junta esta vez con un viejo y de sobra conocido aquí y creo que donde quiera que vaya: Víctor Santos (al cual le hicimos una entrevista AQUÍ no hace mucho en la que nos habló, entre otras muchas cosas, de este tebeo). Este valenciano, "culpable" del webcómic Polar (que próximamente publica su primer ciclo Norma Editorial aquí en España), Zombee, Los Reyes Elfos o la saga ya mencionada anteriormente Los Ratones Templarios, es sin lugar a dudas la estrella del cómic.


Este primer tomo de la saga nos pone un poco en situación: nuestra protagonista, cuyo nombre real no desvelaremos aquí (¿Qué sería de Batman si todo el mundo supiera que es Bruce?), es una antigua estrella e ídolo de masas que truncó su carrera al verse joven y con más dinero del que podía gastar. Esto, unido a una serie de cuestionables acciones, se llevaron por delante bastante más que su propia vida (y deberá lidiar con ello), lo que la llevó a tener que "desaparecer"...Con un disfraz permanente, Furious oculta su identidad a un mundo que la odia, hasta que un buen día descubre que algo ha cambiado...Parece que "la vida" le ha dado una segunda oportunidad: ¡Superpoderes! Aunque conforme avancemos en la lectura descubriremos que esa "la vida" tiene nombreS propios. Al fin y al cabo, nada ocurre por casualidad, ¿no? ¿Y qué mejor forma de redimirse y ponerse en paz con su pasado y con el mundo que convertirse en la protectora de su ciudad?


Lo que más me ha gustado del tebeo (amén del arte de Santos, del cual me declaro un acérrimo fan) es esa doble lucha con la que se enfrenta nuestra protagonista continuamente: Por un lado, la clásica, la lucha contra el mal; pero por otro, está la lucha contra lo que la gente opina de ella y contra la imagen que proyectan los medios de comunicación de su "personaje". Este planteamiento le da un aire fresco al álbum, ya que aborda la viralización de las redes sociales y cómo unos pocos segundos de vídeo en los que uno no está en su mejor momento pueden dar la vuelta al mundo y colgarte unas etiquetas para los restos. El carácter inevitable de esta situación queda plasmado a la perfección por nuestra pareja de autores, que muestran la impotencia de su personaje al ver cómo no hay superpoder en el mundo capaz de hacer cambiar lo que piensan de ti.

La dualidad que se plantea en todo momento necesita una mención aparte: Como siempre en estas historias, siempre hay un antagonista, alguien totalmente opuesto al protagonista que juega ese papel de las dos caras de una misma moneda. A su vez, la lucha de la que hablábamos anteriormente contra el mal y contra lo que transmites y, por último, esa falsa identidad del héroe, que termina cambiándolo a sí mismo. Nuestra protagonista, en este caso, vive dicha dualidad de forma radical: Cuando sale a luchar contra el mal se pone su uniforme y sus gafas y se convierte en Furious, pero el tema está en que cuando sale a hacer la compra también se pone su otra máscara para que nadie la reconozca. Así que, ¿quién es ella realmente? Una máscara la protege de los errores que cometió; la otra trata de volver a poner el contador a cero. Sin darnos cuenta, quién es ella realmente ya ha dejado de importar... Como veis, este no es un cómic de superhéroes sin más (y por eso me gusta, ¡claro!).


En contraposición, también he de decir que la narración de Bryan en este caso me parece un tanto confusa (incluso casposa, por momentos), y es que creo que abusa de flashbacks y de dar datos por sobreentendidos a medida que avanza la trama, de los cuales no conocemos ni la mitad con certeza hasta las últimas veinte páginas. Esto hace que tras leer algunas escenas se te quede un poco cara de póquer y no tengas más opción que avanzar, esperando que alguien te explique qué ha sido eso más adelante. Sinceramente, no soy muy admirador de este estilo de narración, pero es de agradecer que tras cerrar el cómic con una épica pelea a lo Goku esas dudas se disipen y lo único con lo que te quedes sea con "¡No me dejes así! Ahora que sé todo lo que necesitaba...".

Por lo demás, es un cómic que os recomiendo si os gustan los tebeos de superhéroes que van más allá como Mara (el cual reseñamos AQUÍ) o si lo vuestro son las tramas donde los embutidos en licra son más bien personas con poderes, con pasado y muy humanos. Es un cómic cuya narración no resulta todo lo ágil ni transparente que se deseara, pero que te cuenta todo lo que has de saber para disfrutar el resto de números que hayan de venir al 100%.

Dani S.