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sábado, 21 de marzo de 2015

SPIROU. EL BOTONES VERDE CAQUI, UN COMIC DE SCHWARTZ Y YANN PUBLICADO POR DIBBUKS

Ayer –es un decir- hablamos del primer volumen de Johan y Pirluit (AQUÍ teneis la reseña), integral de Dolmen que reúne las tres historietas largas de un clásico imperecedero, creación del malogrado Peyo. Ahora estamos de vuelta a propósito de Spirou y Fantasio, una de las vacas sagradas del cómic franco-belga, con más de 75 años de historia, que se dice pronto.

Significativamente, ambas producciones –también otras, pero la lista de clásicos sería interminable- tienen en común algo que parece endémico en nuestro haber: el calamitoso pasado editorial que les hemos brindado en España. Así se explica, en parte, que el prestigio de estas colecciones rara vez haya traspasado las fronteras del aficionado; por no hablar de popularidad, que en el caso particular de Spirou y Fantasio no alcanza, ni de lejos, los niveles de otros personajes del mundo del cómic instalados en nuestra conciencia colectiva.



Pues bien, nunca es tarde si la dicha es buena, que dice el refranero. Aquel rumor que se extendió por los mentideros virtuales, al poco, se convirtió en noticia: Spirou ficha por Dibbuks. Así se encabezaba la nota de prensa publicada en Madrid, el 15 de octubre de 2014, por la citada editorial. Nos explicaban que, a un ritmo de cuatro tomos por año, Dibbuks iría incorporando a su catálogo todos los títulos de Spirou y Fantasio, comenzando por los inéditos y a través de sus tres colecciones: la serie regular, los integrales de coleccionista y, por último, los “one-shot”, álbumes autoconclusivos en los que diversos autores crean su propia aventura, independiente de la serie original.

Y así es como llegamos a El bontones de verde caqui, cómic con el que se estrena Dibbuks y que pertenece a la colección “Una aventura de Spirou por…”. Como hemos explicado, se trata de ceder la pluma a diferentes autores que, en álbumes únicos, nos aportan su visión personal, al margen de la serie regular. Por cierto, que Dupuis, la casa de Spirou y Fantasio, acaba de editar el octavo título; el que nos ocupa, es el quinto de la colección.


En esta ocasión los elegidos son Yann (guión) y Olivier Schwartz (dibujo), autores que repetirían posteriormente con La Femme Léopard. Al margen de consideraciones particulares, las primeras impresiones son claras: nos encontramos con un tomo imponente, que llama poderosamente la atención por su vistosidad y colorido. Después, constatas que el dibujo es excepcional, pura ambrosía.

Digno de mención es el atrevimiento de estos autores, al cargarse, de un plumazo, el rojo icónico del botones universal (con permiso de Sacarino). Aún hay más: curiosamente, a Spirou le han puesto un tupé muy tintinesco; nada extraño, si tenemos en cuenta que en este cómic las continuas referencias al mundo creado por Hergé te hacen dudar. No se echen las manos a la cabeza, en este sentido, el galardón se lo lleva Franquin.


Lástima que la fuerza de un argumento brillante no sea suficiente para sostener algunas partes que, en el desarrollo, se me antojan algo plomizas. Por lo demás, brindo con champán (ese que lleva Spirou en la bandeja del dibujo que sirve de antesala a la historia) mientras me como un delicioso chucrut –es un decir-. Por cierto, que aquí se cuentan las aventuras de este valiente botones y su amigo Fantasio –enemistados por un malentendido- en la Bruselas de 1942 invadida por los nazis... ¡muerte a los boches!

Vicente Manini M.