¡Nuestras últimas entradas!

miércoles, 15 de julio de 2015

TRANSMETROPOLITAN 1-3, UN COMIC DE WARREN ELLIS Y DARICK ROBERTSON QUE REEDITA ECC

En mi experiencia como lector de cómics, hay una palabra que asocio indefectiblemente con acierto: VÉRTIGO. Además de ser el título de una película del archiconocido mago del suspense, Alfred Hitchcock, es también el nombre de uno de los sellos de la editorial DC. Más concretamente, es el sello responsable que sacar a la luz cómics como SANDMAN, PREDICADOR, 100 BALAS, THE LAST MAN, SCALPED y la obra de la que os voy a hablar hoy…TRANSMETROPOLITAN

Y es que si por algo destaca el sello Vértigo es por sus apuestas arriesgadas…y exitosas.



Warren Ellis, guionista con elevadas dosis de mala leche e icono del cómic mainstream americano por obras como PLANETARY o THE AUTHORITY, se asocia con el dibujante Darick Robertson para concebir un cómic demencial protagonizado por Spider Jerusalem, un periodista tan carismático como recalcitrante; cínico y un tanto ególatra; paranoico y amante de las armas. Un auténtico bastardo en un mundo de ciencia ficción en el que la humanidad ha culminado su larga caída hacia la decadencia moral.


La historia comienza con un Spider con un evidente parecido a Alan Moore forzado a salir de su maltrecha cabaña en La Montaña, a la que se vió obligado a retirarse al no poder soportar la fama que se granjeó al cubrir la última campaña electoral para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, dedicando su incendiaria prosa a complicar las cosas a los candidatos, especialmente al que se alzaría victorioso, La Bestia. Sin embargo, el protagonista parece tener deudas pendientes con personajes de oscura condición, algo que motivará su regreso a La Ciudad –Nueva York, como no podía ser de otra manera- y volver a volcar toda su bilis en diversos asuntos, desde la política y la religión, a la televisión y la marginación social.

A pocos lectores se les pasará por alto que los diálogos altisonantes y soeces de Spider Jerusalem son una manifestación del propio Warren Ellis en las viñetas. Como no podía ser de otra manera en un “buen amigo” de Garth Ennis- uno de los enfants terribles del cómic actual-, Ellis escribe un cómic políticamente incorrecto desde el mismo inicio, presentando a un antihéroe que parece una versión extrema –o quizás no tanto- del periodista gonzo Hunter Stockton Thompson, más partidario de contar el contexto de la noticia que el objeto de la misma, apareciendo a veces más como un protagonista activo que como un espectador o narrador puro.


El cómic no sería tan impactante sin los lápices de un Darick Robertson pletórico que parece sintonizar perfectamente con la alocada propuesta del guionista británico. Los personajes que pululan por las páginas de Transmetropolitan son excéntricos, hipérboles andantes en muchos casos, y el dibujo de Robertson no hace más que acrecentar la sensación de que, al abrir el cómic, participamos en una odisea cyberpunk en la que cada viñeta merece un vistazo detallado por parte del lector.

La editorial ECC ha publicado hasta ahora los tres primeros tomos de la serie, De nuevo en la calle, Pasión por vivir y El año del Cabrón
  • De nuevo en la calle es el primer cómic y, como corresponde a los primeros números, su función es doble: presentar al personaje principal y generar expectativa suficiente en el lector para que compre el segundo número. Ambos cometidos son cumplidos con creces. El tomo es casi un compendio de historias independientes en las que se nos muestra el retorno de Spider a la gran ciudad y comprobamos cómo va retomando el pulso al periodismo agresivo y personal que tanto le gusta. Este primer volumen resulta sobresaliente, tanto por lo hilarante de sus historias como por la entrada en escena del Spider. La mejor historia, en mi opinión, la revuelta de los transitorios, humanos que han aceptado injertarse genes alienígenas en sus propios cuerpos y ahora son seres híbridos, algo que sirve a Ellis para mostrar una de las ideas argumentales recurrentes en Transmetropolitan: ¿Tiene la verdad un solo rostro? 


  • Pasión por vivir contiene el primer arco argumental de la serie: Hiélame con tu beso. El tomo comienza con varios relatos autoconclusivos que tienen por objetivo describir la atmósfera y el mundo en el transcurre la historia, un panorama, como antes dije, claramente ciberpunk que plasma de forma magistral Darick Robertson con su dibujo detallista. Los tres últimos números componen la disparatada historia de venganza de la ex mujer de Spider Jerusalem…O de lo que queda de ella.
  • Finalmente, El Año del Cabrón es un tomo dedicado exclusivamente al arco argumental homónimo. Con diferencia, el tomo más interesante de los tres, centrado exclusivamente en las intrigas de la campaña electoral para elegir al candidato del partido opositor de cara a las elecciones generales. Si os gustan las tramas de tipo político, este tercer tomo os encantará. Mención especial hago a la conclusión de este arco argumental, que no sólo es sorprendente, sino que augura que la máxima vital del personaje protagonista, “la verdad a cualquier precio”, traerá consecuencias a largo plazo en la serie.
Concluyendo, Transmetropolitan tiene ganado a pulso su fama de obra transgresora y especial. Está tan conectada con su protagonista que considero que empatizar con Spider Jerusalem –la indiscutible estrella de la función- se hace clave para disfrutar de la lectura. Y es que, a diferencia de otros grandes personajes de cómics, Spider Jerusalem se revela como uno de los más poliédricos que he leído. Consigue caerte mal porque su esencia misma es ser odiado, pero a la vez, en su absoluta pasión por su trabajo, genera un magnetismo que te mantiene ávido de conocer cuál será su siguiente ataque al sistema.


En definitiva, Transmetropolitan es un cómic inclasificable, tan particular que no puede dejar indiferente a nadie. Por si fuera poco, cuenta con uno de los personajes de cómic más carismáticos que recuerdo y con un tándem creativo en estado de gracia. Sólo así se explica que esta propuesta tan descabellada tuviera éxito. Os lo recomiendo encarecidamente.

+Lo mejor: Toda la ambientación concebida y plasmada por Ellis y Robertson. Transmetropolitan está vivo, como su protagonista, Spider Jerusalem, uno de los personajes de cómic más interesantes que he leído en mucho tiempo.

+Lo peor: El precio de la genialidad es la locura. Transmetropolitan es una lectura tan demente que no tengo claro que cualquier lector vaya a disfrutarla. El intento, no obstante, merece la pena.


J.