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lunes, 20 de julio de 2015

LOS CUATRO DE BAKER STREET. INTEGRAL 1, UN COMIC DE LEGRAND, DJIAN Y ETIEN PUBLICADO POR YERMO

Londres, 1889. Sherlock Holmes es toda una leyenda viviente en la capital más grande del mundo. Su método deductivo infalible y una capacidad de observación casi sobrehumana le han permitido ser el primer "detective consejero" de la historia. Sin embargo, ni siquiera un genio como él puede estar en varios sitios a la vez, así que, ¡quién mejor para solucionar ese problema que los Irregulares de Baker Street!



Los irregulares de Baker Street son los ojos y oidos del legendario detective en Londres. Esta pandilla de chavales, en su mayoría huérfanos, pertenecen a las calles de la victoriana ciudad y Holmes les ha estado enseñando algunos trucos para hacerse valer por sí mismos, al mismo tiempo que se convertía en su "protector". Tanto es así, que la saga de cómics que inicia Yermo con este primer recopilatorio tiene como protagonistas indiscutibles a Tom, Charlie y Billy, tres de estos Irregulares (y parece que los últimos), y de hecho el papel de Sherlock aquí es meramente simbólico, apareciendo tan solo de manera testimonial y sin tener peso alguno de la trama.


Los cuatro de Baker Street es una saga que aúna el gusto por la aventura y las tramas ágiles con la investigación y consecución de unas pistas que conduzcan a nuestros héroes al objetivo de cada misión; sin embargo, si tuviese que poner ambas cualidades en una balanza, creo que se lleva bastante más peso la primera de ellas. El género detectivesco está presente, por supuesto, pero de una manera muy liviana; en ningún momento se nos pide como lectores un "sobre esfuerzo" a la hora de comprender qué es lo que ha hecho que Tom, Charlie, Billy y Watson (el gato) tomen una dirección concreta en las investigaciones. Resultado: las páginas vuelan entre las manos y se disfrutan como pocas. 

La editorial catalana nos trae en este integral los dos primeros álbumes de la saga: La cinta azul y El asunto Raboukin. Cada álbum tiene su propia aventura autoconclusiva y, ciertamente, no sabría con cuál quedarme de las dos si tuviera que elegir. Ambas están a un muy buen nivel y cada una tiene su propio estilo: Mientras que La Cinta Azul destaca por un ritmo frenético, El asunto Raboukin goza de una trama política más elaborada.


Sobre los lápices de David Etien he de decir que me han resultado tremendamente agradables y el tratamiento del color y las sombras me parece espectacular. Sí es verdad que algunos escenarios y fondos han quedado un tanto pobres y faltos de algo más de detalle, pero es algo que el francés compensa con creces en lo que se refiere a personajes (sus gestos y caracterización) y escenas de acción y persecuciones, en las que Etien marca a la perfección el tempo de la obra y la dota de un dinamismo soberbio. Además, la paleta cálida de colores ayuda a suavizar unas aventuras y, sobre todo, una atmósfera bastante cruda: El East End (donde se desarrolla la acción) se define como el Londres de los bajos fondos, donde obreros, maleantes, vagabundos, inmigrandes, prostitutas y huérfanos se hacinan en las calles; la violencia y pobreza campan a sus anchas por las calles de este distrito y, en su corazón, un barrio tan tristemente conocido como el de Whitechapel se convirtió en adalid del terror hace tan solo un año...¿Dónde estaba Sherlock Holmes entonces? Bueno, muchas veces "la realidad supera a la ficción", por desgracia...


¡La lectura enriquece el alma!


Dani S.