“En el mundo existen dos grandes multinacionales con un objetivo común: manipular a las masas para obtener un beneficio económico. Una de ellas es Walt Disney Company. La otra, casi tan famosa como la primera, es la iglesia católica”- PREFACIO.
Hoy os traigo una obra muy especial, Skydoll, dibujada por Alessandro Barbucci (Ekhö. Mundo Espejo, reseñada la saga completa AQUÍ) y guionizada por Bárbara Canepa (End. Elisabeth), cuyos tres álbumes se publicaron separadamente en entre 2000 y 2006 para posteriormente ser recopilados en un integral en 2010. Digo que es muy especial porque cuando la leí por primera vez, siendo muy jovencita, me cautivaron sus colores, su controvertida temática detrás de un dibujo tan dulce, tan Disney… puedo decir que, aún a día de hoy, es de mis cómics favoritos.
En primer lugar, para poder entender Skydoll como obra hay que ubicarla cronológicamente dentro de la trayectoria de sus autores. Ambos, Barbucci y Canepa, habían trabajado juntos en W.I.T.C.H bajo las ordenes de la factoría Disney; por ello, en un intento de cambiar radicalmente de registro, se embarcaron en una producción personal que les alejaría muy mucho de su target inicial (el infantil) para meterse de lleno en el juvenil-adulto.
Después de este pequeño apunte, paso a hablaros de lo que realmente importa, la historia: En el planeta de Papathea no tienen un solo líder religioso, tienen dos, y además son dos mujeres: una, la papisa, Ludovica, que representa el amor sexual y carnal y, la otra, Ágape, que representa el amor espiritual. Ambas son hermanas.
Dentro de las medidas que le ayudarán a consolidar su poder, Ludovica decide permitir que sus seguidores puedan “pecar” con muñecas, las Skydolls, cuyo fin último es servir a los bajos instintos humanos, ya sea trabajando (como camareras, limpiadoras… o ejerciendo como prostitutas). Su condición de muñecas hace que se las trate de manera totalmente inhumana, dejando bien claro que, para la mayoría de la sociedad, las skydolls son cosas, no personas.
Dentro de las medidas que le ayudarán a consolidar su poder, Ludovica decide permitir que sus seguidores puedan “pecar” con muñecas, las Skydolls, cuyo fin último es servir a los bajos instintos humanos, ya sea trabajando (como camareras, limpiadoras… o ejerciendo como prostitutas). Su condición de muñecas hace que se las trate de manera totalmente inhumana, dejando bien claro que, para la mayoría de la sociedad, las skydolls son cosas, no personas.
Así se nos presenta la tercera pieza importante en esta historia, Noa, una skydoll que parece tener recuerdos de su pasado, lo cual le produce horribles pesadillas y hace que no encaje en su entorno como el resto de compañeras de trabajo. Por ello, decide huir y en su fuga hacia la libertad se encuentra con dos emisarios papales: Jahu, 100% devoto de la papisa Ludovica y emisario con mucha experiencia, y Roy, un emisario principiante idealista, bueno de corazón y con ganas de ver mundo. Noa actuará como su ayudante y en su periplo por los diferentes planetas que visitan, los tres personajes irán conociéndose
mutuamente y conociéndose a si mismos.
mutuamente y conociéndose a si mismos.
Una vez presentados los personajes, voy a pasar a comentaros el lugar donde se desarrolla la acción, todo un macrocosmos intergaláctico con sus propias civilizaciones. Para mi, uno de los puntos fuertes del cómic. Si en el primer número se hace referencia el conflicto que existe entre el amor carnal y el espiritual, en el segundo y el tercero se tratan temas como la búsqueda de la felicidad a través de los objetos, el culto al cuerpo, la homosexualidad y corrupción en los medios de comunicación; por ello, hay que remarcar que no son planetas aleatorios que los personajes van visitando: todo lo que ven y experimentan está tejido dentro de la historia.
Si hay algo que también es importante señalar es el dibujo, un dibujo que como ya he dicho recuerda al manga y que refuerza la carga emocional de esta historia, ya que los temas que trata son muy duros y el uso de un dibujo tan dulce resulta chocante.
También es importante hablar del uso que se hace del erotismo en el cómic, de su buen uso en concreto: comedido, elegante y nada gratuito, que se complementa perfectamente con la historia.
Pero no todo son cosas buenas en este bd. El hecho de que sea una obra tan personal implica lentitud en su publicación, ya que cada uno de los miembros del dúo se encuentra embarcado en sus propios proyectos y el ultimo álbum publicado es de 2006, No obstante, el penúltimo álbum de la saga, Sudra, se publicó en Francia en 2014 en edición especial en b/n a la espera de que salga la versión a color, lo que significa que ya queda menos para el desenlace.
En cuanto al integral aniversario (que es el que he utilizado para esta reseña) publicado por Norma Editorial en 2012, cuenta con los tres números más un prólogo de la historia de Noa y Heaven dolls, un one shot inédito y una galería de homenajes de distintos autores. Se trata de una edición muy cuidada y que merece mucho la pena, y desde aquí la recomiendo, pese a que es ligeramente más pequeña que los álbumes individuales.
