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sábado, 20 de febrero de 2016

LA LUNA AL REVES. UN COMIC DE BLUTCH QUE NOS TRAE NORMA EDITORIAL

Christian Hincker, conocido por todos los aficionados a los cómics como Blutch, regresa con una novedad que no dejará indiferente a nadie. Norma le ha tomado el gusto al autor y tras publicar El pequeño Christian en su colección Nómadas y su colaboración en la magnífica serie La mazmorra, nos trae esta Luna al revés con la que pretende criticar la industria del cómic y la mecanización y falta de implicación y pasión de los artistas.



Poco se suele hablar de Blutch pese a que ya cuenta con varias obras destacables en su trayectoria, aunque bien es cierto que no son cómics aptos para todos los paladares y para el gran público en general. El pequeño Christian es el más "fácil" y accesible, en el que Blutch aprovecha el medio para contarnos su infancia, presentándonos una especie de Cuéntame. Blotch es también autobiográfico, por así decirlo, y además cuenta con el galardón de mejor álbum de humor en Angoulême. Pero es en La voloptuosidad y en Velocidad moderna donde nos encontramos con el Blutch más onírico y experimental, y es precisamente con estas obras con las que más semejanzas tiene La luna al revés.

Nos encontramos en un futuro no muy lejano, donde una multinacional llamada Media Mondia controla la industria cultural. Tiene el monopolio absoluto del entretenimiento a todos los niveles, la gran empresa controla los cánones, los gustos y el estilo de aquello que tiene que consumir la sociedad occidental. En este contexto futurista, pero cercano, el cómic tiene una relevancia extremadamente importante, ya que se considera casi como una religión.


Existe un elemento llamado Nuevo Nuevo Testamento, una obra que la sociedad necesita para avanzar cada cierto tiempo. Lantz es uno de los pocos autores genuinos que todavía crea cómics a la vieja usanza, pero el mundo industrial ha avanzado y ahora usa máquinas. Media Monda contrató a Lantz hace ya tres años para que él culminara la gran obra que tiene que permitir seguir evolucionando a la sociedad, pero el pobre creativo está sufriendo una crisis artística.

La verdad es que al leer el argumento y ojear un poco el dibujo no me lo pensé dos veces en llevarme este cómic conmigo a casa, pero cabe decir que este argumento está a lo largo de la obra y no se nos presenta de una manera fácil o sencilla, sino que requiere la participación activa del lector.


En cuanto al dibujo, nos encontramos ante un trazo muy underground y un color llamativo que le sienta de maravilla, ya que le da un tono curioso y único. Si el dibujo no os llama la atención, la verdad es que no os aconsejo que os lo llevéis, porque la obra funciona como un todo y el dibujo va en sintonía con lo que nos está contando.

En definitiva, La luna al revés no es un cómic sencillo ni para todos los paladares. En él se puede observar una sátira sobre la industria cultural en general y sobre el mundo de la historieta en particular. Veremos al autor consagrado a los problemas de creatividad y al autor joven que llega con ganas de comerse el mundo, pero será la industria quien quizás acabe con él. Creo que es una historia original y que tal vez agradezca una relectura, pero la sensación que me ha dejado ha sido bastante buena.

Filisk