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sábado, 5 de septiembre de 2015

LA ESPADA DE CRISTAL. TOMOS 1-5, UNA SAGA DE COMICS DE GOUPIL Y CRISSE DE NORMA EDITORIAL

Ha llovido mucho desde entonces, pero mi trocito de alma enamorado de la espada y brujería no podía pasar sin reseñar esta saga que en su día publicó Norma en cinco álbumes (dentro de su colección Pandora) y que allá por 2003 reeditó en formato integral.

Hoy echamos la vista atrás en busca de la fantasía de los años 80...¿Alguien siente eso? Ah...cruel nostalgia...



No quería empezar esta reseña así, pero no puedo evitarlo: ¡Cómo han cambiado los cómics! Cuando reseño lecturas de este tipo, por un lado me siento un tanto fuera de contexto, ya que nunca he sido alguien al que le gustase leer de pequeño y tampoco me aficioné a los cómics hasta ya pasada la mayoría de edad; pero también pienso que esto me da una cierta ventaja frente a aquellos que, por ejemplo, leyeseis esta Espada de Cristal en su día: mi nostalgia es por revivir el género de la fantasía tal y como se hacía años atrás (películas y dibujos sí que me he hartado de ver desde chico) y por ese regusto al más puro estilo Golum que te posee cuando te haces con una antigua y difícil de conseguir colección como esta; no es una nostalgia de aquel que busca (casi nunca con éxito) superar su "idealizado" recuerdo tras un reencuentro y, por ello, pienso que puedo ser algo menos emocional (para bien o para mal) al hablar de estas sagas, así que...¡allá voy!

No os recuerda esto a algo...¿Jim Henson?

El primer número de La Espada de Cristal data en Francia de 1989 y no sería hasta 1991 cuando Norma lo trajera aquí bajo su colección Pandora; colección que sería la culpable de otros tantos cómics de renombre como El Lama Blanco, Thorgal, Rork (reseñado AQUÍ) o Peter Pan. La Espada de Cristal supuso unos de los primeros pasos de Goupil y Crisse en el mundo del tebeo y esta historia no goza solo de un valor histórico por ello, sino que la fantasía que destilan sus páginas te transportará a aquellas antiguas películas de viajes iniciáticos y mundos imposibles tales como Cristal Oscuro o En el laberinto.

Nuestra protagonista se llama Zorya, una sexy guerrera destinada a ser la heredera a Guardiana del Pentáculo, un objeto del que depende no solo el equilibrio de los cinco países en los que se divide el Mundo, sino el raciocinio de los Anthonomos (los humanos). Cada país o reino toma el nombre de cada uno de los cinco sentidos, y la misión de Zorya será la de reunir a los Señores de cada reino para poder conjurar un hechizo con el que mantener la paz en el Mundo. Sin embargo, este viaje no estará exento de peligros, puesto que existe un lord malvado, La Nada, capaz de controlar a los humanos y al que lo único que le interesa es el caos. Este personaje no solo hará de antagonista principal, sino que a medida que avancemos en la lectura irá perfilándose como parte de la dicotomía que desarrollan Goupil y Crisse: No hay bien sin mal, igual que tampoco habría luz sin oscuridad o vida sin muerte.


No me atrevería a deciros que se trata de una trama típica dado el tiempo que tiene, pero sí es verdad que tiene los ingredientes de la fantasía ya conocidos por todos, además de un tono un tanto juvenil (a ratos dramático, a ratos cómico) muy parecido al de herederos como La Búsqueda del Pájaro del Tiempo, si bien es cierto que la obra de Loisel y Le Tendre peca, sobre todo en sus primeros álbumes, de una inmadurez erótico-festiva preocupante, cosa que Goupil y Crisse saben controlar con "mejor gusto". Además, pese a no detenerse en exceso a explicarnos los distintos reinos más allá de lo que van conocienco nuestros protagonistas, Goupil nos guarda varias sorpresas a lo largo del cómic (unas más obvias que otras) y muestra un guión maduro que no se achanta ante la muerte de buenos y malos, lo cual no es tan fácil de ver últimamente.

Pero sin lugar a dudas, La Espada de Cristal no sería lo que es sin los lápices de Crisse (el cual, aparte de su extensa trayectoria como dibujante, también ha desarrollado guiones como los de la saga Luuna, reseñada AQUÍ). Este belga dota a los álbumes de un detallismo y colorido fuera de lo común y domina el impacto de cada una de las escenas. Además, sus perspectivas y segundos planos logran proveer de contenido al mundo que nos presentan ambos autores, supliendo la falta de explicaciones por parte de Goupil.


Lo dicho: si os gusta la espada y brujería, esta saga debe estar en vuestra estantería más pronto que tarde, sobre todo porque la edición integral data de 2003 y cada vez está más complicada de conseguir, por no hablar de los cinco tomitos de la Colección Pandora, que datan de aquellos años en los que unos tebeos como estos costaban entre 850 pesetas y 1100...

¡La lectura enriquece el alma!


Dani S.