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miércoles, 2 de septiembre de 2015

MARINA 1. LOS HIJOS DEL DUX, UN COMIC DE ZIDROU Y MATTEO DE NORMA

Como buenos amantes de Benoît Drousie y su sentimentalismo, esta saga que hoy día va por dos volúmenes no se nos podía escapar; pero si algo parece haber cambiado el belga en Marina es, sin duda, la emotividad por la más despiadada crueldad pirata. Atrás queda la bella Lydie, el romántico Cliente o la dulzura de Quién le zurcía los calcetines al rey de Prusia mientras estaba en la guerra...



Que Zidrou parece ser incombustible creo que es algo ya palpable por todo el mundo; no en vano, para antes de que termine el año nos tiene preparados (como poco) dos títulos más para el mercado francés: Les beaux etês, junto a Jordi Lafebre, y el polar Le crime qui est le tien, junto a Berthet. Norma Editorial, por su parte, parece haber encontrado la gallina de los huevos de oro con él, y es que por mucho que digamos que si El Cliente es muy inocente o que si La Mondaine quiso abarcar demasiado, la cuestión es que tenemos toda la colección del artista en un buen sitio de nuestra estantería.

Sin embargo, últimamente Zidrou parece decidido a querer desencasillarse de esa etiqueta de "romántico y sensiblón empedernido", y cómics como Los Tres Frutos (reseñado AQUÍ) o el próximo que prepara junto a Oriol Hérnandez, Naturaleza Muerta, parecen dar cuenta de ello. Junto a estos, el cómic que nos ocupa hoy también "despedaza" esa imagen que teníamos del belga y nos muestra una cara desconocida hasta entonces. Marina. Los hijos del Dux, trata sobre una leyenda que aún en nuestros días es recordada por los venecianos. La que fuera hijo del Dux de Venecia allá por el siglo XIV fue secuestrada junto a su hermano por unos piratas y abandonada a su suerte por su familia. Traicionada, mutilada y ultrajada por esos sanguinolientos y depravados tiburones de los mares, jurará venganza...Marina, que acabó sus días convertida en pirata, es la pieza esencial de una profecía que promete hacer arder Venecia y que tendrá sus consecuencias en nuestros días.


Una narración a dos bandas completa el estilo del belga en este cómic. Por un lado, somos testigos de la vida de Marina y, por otro, nos situamos en la Venecia actual, en el momento en que se acaba de recuperar del fondo del mar el barco que capitaneara en sus días la hija del Dux...

Zidrou no se queda corto en lo que se refiere a retratar la crueldad de algunos de los antagonistas de esta trama ni tampoco en lo que respecta a la más oscura naturaleza del hombre entregado a sus instintos; pero si este cuadro es tan detallista lo es gracias a Matteo. El artista italiano que ya colaboró con Zidrou en otras dos historias inéditas aún en nuestro país (Mèche rebelle y proTECTO) hace gala de su trazo y ese color de acuarela para manifestar su ya vieja conexión con nuestro guionista. Sus viñetas acentúan por momentos esa faceta más despiadada del álbum, pero sin llegar a herir la sensibilidad del lector en ningún momento. No vamos a decir que suavice los tragos más amargos como lo hace el trazo de Lafebre o de Mai Egurza, pero su paleta de colores casa a la perfección con la imagen que trata de reflejar Zidrou en esta historia sin concesiones.


Concluyendo: si te gustan las historias sobre piratas, conspiraciones y antiguas profecías que parecen seguir muy vivas pasados 700 años, este cómic tiene tu nombre; si, por el contrario, vas buscando una nueva historia del Zidrou tierno y agradable, ólvidate. No encontrarás aquí nada parecido y, si me apuras, tampoco identificarás al belga entre estas páginas.

¡La lectura enriquece el alma!

Dani S.