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lunes, 19 de diciembre de 2016

EN BUSCA DEL FUEGO, UN COMIC DE ROUDIER Y CHAMPELOVIER QUE NOS TRAE PONENT MON

Pocos cómics están ambientados en una época prehistórica y, sin embargo, no es ni mucho menos una etapa baladí.

Esto, entre otras cosas, es lo que viene a contarnos En busca del fuego, el cómic de Roudier y Champelovier que adapta el clásico literario de Rosny Aîné.



Uno podría pensar, al acercarse a una obra de este tipo, lo poco que puede dar de sí una trama en la que los protagonistas son hombres y mujeres semidesnudas, armados con palos y piedras y que cuyo recorrido experimental va poco más allá de qué cazar hoy y cómo defender a su tribu del invasor. Un mundo apenas explorado y, sin embargo, aparentemente tan monótono, del que no cabría esperar grandes giros argumentales ni personajes con un rico desarrollo.

Sin embargo, En busca del fuego nos enseña una vez más que no hacen falta complicadas conspiraciones políticas o thrillers rocambolescos para ofrecer una buena y larga sesión de entretenimiento, de manos de la más pura aventura por sobrevivir. Gigantescos animales salvajes, un encuentro con los reyes del mundo prehistórico, devoradores de hombres, extraños seres y tus similares, sobre todo, tus similares, bastan para cumplir con creces las expectativas que como lector hubieses depositado en un cómic que mejora la media.


Roudier adapta la obra de Rosny correctamente, teniendo en cuenta las diferencias entre un medio y otro y, aunque muchos de los diálogos son casi un monólogo interior de nuestro protagonista, Naoh, logra capturar el alma de una época que se nos antoja llena de vida, espiritual y cargada de una belleza exuberante; eso sí, no exenta de peligros de toda índole.

El hilo conductor que sirve a Roudier para mostrarnos este vasto mundo no es otro que el que ya nos anticipa el título del cómic, la búsqueda del fuego, o, más bien, su reconquista. Este es motivo suficiente -bueno, este y la promesa de convertirse en el jefe de la tribu- para hacer salir de su madriguera a nuestro héroe, aunque con ello ponga en riesgo su vida y tenga que recorrer medio mundo.


El apartado gráfico, a cargo de Champelovier, un completo desconocido para mí hasta la fecha, es sencillamente brillante, cuidando la anatomía y estética de cada personaje, algo que esconde una cierta complejidad en una época en la que no había muchas opciones de peinados ni vestimenta, y subrayando esa belleza indomable de la naturaleza que mencionaba más arriba.

En conclusión, un cómic que bien merece un sitio en tu estantería. Aventura con toques de fantasía y suspense muy bien racionados, no exenta de algunos diálogos para la reflexión.

La lectura enriquece el alma,

Dani S.