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martes, 19 de julio de 2016

PARACUELLOS, UN COMIC DE CARLOS GIMENEZ

La extinta editorial Glénat (posteriormente renombrada como Editores de Tebeos, o EDT), comandada por el editor Joan Navarro i Badia, llevó a cabo una sistemática labor de rescate, dignificación y divulgación del cómic español. De entre todos estos autores, destaca especialmente Carlos Giménez, una figura clave para comprender la evolución de este medio cultural en nuestro país.



Pero antes de comenzar esta reseña, permitid que me presente. Me llamo Fer García, soy de Málaga y, desde que tengo uso de razón, siempre he tenido un cómic en mis manos. Mis primeros pasos en el noveno arte los di gracias a Mortadelo y Filemón, Súper López, Tintin, Astérix, Dragon Ball y el dominical El Pequeño País. Con el paso del tiempo fui ampliando mis horizontes y hoy en día entre mis lecturas se encuentran el cómic europeo, el americano (superhéroes, tiras de prensa, indie, underground,…), el argentino, el manga, etc. Para mi estreno en Júralo por mí, he decidido hacer una reseña de una de mis obras favoritas del medio, cuya primera lectura hace ya muchos años dejó en mí una huella imborrable.

En la producción de Carlos Giménez podemos encontrar una serie de obras de corte autobiográfico, entre las que se encuentra Paracuellos. El 17 de julio de 1936 estallaba la Guerra Civil, un conflicto con nefastas consecuencias para España, entre las que se encontraban los miles de niños y niñas que quedaron huérfanos o que no podían ser mantenidos o atendidos por sus familias. El régimen franquista creó los hogares de Auxilio Social, para darles cobijo y, en connivencia con la Iglesia, tuvo como objetivo el adoctrinamiento de estas nuevas generaciones, imponiendo los dogmas fascistas y católicos en todos los ámbitos de su vida. La muerte del dictador en 1975 supuso el fin de la censura y una apertura ideológica que hizo posible el boom del cómic adulto español. En este contexto, Giménez, un superviviente de aquellos hogares, decidió dar a conocer las condiciones en las que habían vividos aquellos niños olvidados. Los dos primeros álbumes aparecieron a finales de los 70 y principios de los 80 y, en 2000, serían reeditados por Glénat, editorial en la que un año antes el autor había continuado esta historia. En 1999, recibió por el tercer álbum de la serie el premio a la Mejor Obra y Mejor Guión en el Salón del Cómic de Barcelona.


Los protagonistas de esta historia son, por tanto, los niños del franquismo, aquellos que crecieron bajo la influencia y la asimilación de la simbología, la disciplina y la opresión falangista y católica, que sufrían el desamparo causado por una guerra de la que no eran responsables y que soñaban con el día en que su familia fuera a rescatarlos y devolverlos al hogar que les había sido arrebatado. Así, somos testigos de las relaciones sociales que se establecen entre los propios niños, quienes provocarán tanto la sonrisa del lector, gracias a su inocencia y su compañerismo, como la lástima, pues las palizas, el hambre, la falta de estímulos culturales o la ausencia de cualquier gesto de cariño quedan reflejadas en la obra. La empatía que se llega a sentir por los niños del Auxilio Social es, sin duda, una de las mayores virtudes del autor, que crea unos personajes inolvidables que invitan a reflexionar sobre la suerte que hemos tenido quienes no conocimos aquellos desgraciados días. Los adultos también juegan un papel fundamental en la obra, pues generalmente son presentados como la némesis de los niños, aquellos que, voluntaria o involuntariamente, perpetúan su sufrimiento. No solo aquellos cuidadores, enfermeras, curas o monjas que representan la ruindad de la dictadura, sino también aquellos familiares que vienen de visita o educadores de vocación, que, por un breve instante, tienen una muestra de amor hacia alguno de los niños, antes que la vil realidad venga a arrebatársela y a recordarles su miserable vida.


Paracuellos tiene una estructura de historias cortas de entre 2 y 8 páginas que recogen las experiencias del autor y sus compañeros en estos hogares (el del título es solo uno de ellos). Si bien cada historia es distinta en los hechos que en ella se narran, todas tienen en común el objetivo de contribuir a formar un mural que permita visualizar cómo era la vida de la posguerra en un país asolado por el hambre, la injusticia y la podredumbre social, política y moral. Estas historias tienen elementos comunes como los castigos físicos impuestos por los cuidadores, las muestras de amistad, las competiciones o las peleas entre los niños, la escasez de comida y los trozos de pan duro guardados para dar cuenta de ellos de un atracón, los tebeos que servían para evadirse efímeramente del tedio y el abandono, los desafíos a una autoridad impuesta violentamente o la ilusión de un mañana más esperanzador.

Dado el tiempo transcurrido entre la publicación de los dos primeros álbumes y los cuatro siguientes, podemos apreciar una evidente evolución en el dibujo de Giménez, aunque esta ya es obvia en el segundo tomo. Así, las primeras historias tienen un estilo visual más estilizado y realista, mientras que, progresivamente, iremos apreciando una redondez en las formas que contribuyen a transmitir al lector las emociones de los personajes. Giménez se revela como un narrador excepcional, caracterizado por su fluida planificación y secuenciación de las viñetas, el blanco y negro marca de la casa, la ausencia de excesivos detalles que puedan distraer la atención del lector o un variado uso de los distintos planos y ángulos a fin de enfatizar las vivencias de los niños.


Además de la edición de Glénat (1999-2004), las primeras historias de esta obra, que fueron publicadas periódicamente en las páginas de las revistas Muchas gracias, YES y Comix Internacional, habían sido previamente recogidas en tomo por Ediciones Amaika (1977) y Ediciones de la Torre (1979 y 1982). Posteriormente, los 6 álbumes editados por Glénat fueron recopilados por la editorial Random House Mondadori en su sello Debolsillo (2007), en un volumen titulado Todo Paracuellos, que cuenta con un precio imbatible, pero tiene el handicap de que las planchas originales están partidas por la mitad. En la actualidad, Carlos Giménez se encuentra trabajando en la séptima entrega de esta serie, que será publicada por Reservoir Books, editorial del grupo Penguin Random House, donde ha publicado Crisálida (2016), su cómic más reciente.

Portada del próximo, Paracuellos nº7

Fer García.